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Cuando hablamos de ropa interior, en definitiva, estamos tocando una de las prendas en definitiva más indispensables. Son muchas las empresas que nos dedicamos a la producción de telas para ropa interior.

Ahora que en Indutex nos estamos adentrando en diferentes historias del mundo textil, consideramos pertinente abordar también el recorrido de la ropa interior, que ha sido tan útil para la humanidad. ¡Acompáñanos!

(c) Sudley House; Supplied by The Public Catalogue Foundation

En la antigüedad

Más que un lujo, la ropa interior para los seres humanos ha sido una necesidad. Como su nombre lo indica, tiene la finalidad de recubrir y proteger las partes íntimas de hombres.

Pero su historia ha sido bastante vertiginosa, pasando de ser una necesidad, a un lujo a una prenda generadora de estigmas.

Fue en el año 5000 a.C. cuando surgió el concepto de recubrir las partes íntimas con una especie de telas para ropa interior, estamos hablando de la prehistoria. Hombres y mujeres usaban un pequeño trozo de tela enrollado alrededor de la cintura y a través de las piernas, se les llama taparrabos.

Se trataba de una necesidad básica para protegerse, en especial en aquellas zonas donde el frío era más intenso. Por otra parte, los faraones en el Antiguo Egipto usaban taparrabos de cuero como prenda exterior, adaptándolos con diferentes tipos de tejidos y longitudes que indicaban estatus.

De hecho, durante el siglo XX con el auge de la egiptología, los arqueólogos descubrieron taparrabos de lino en las tumbas egipcias. Se cree que algunos de ellos demostraban estatus, incluso que sus usuarios podían ser miembros de la realeza.

Una división de género medieval

Debido al puritanismo de la Edad Media, se empezaron a trazar marcadas diferencias entre la ropa interior masculina y femenina. Esto pese a que tanto hombres como mujeres necesitaban la misma protección.

Fue allí donde surgieron los primeros proto bóxers masculinos con elástico en la cintura. Mientras tanto, la ropa interior femenina constaba de varias piezas, sin incluir telas para ropa interior en sus partes íntimas.

Además, la ropa interior para mujeres incluía corsés de constricción, corpiños incómodos y rígidos, estructuras metálicas para las faldas que limitaban el movimiento e incluso, calcetines de lana para los climas más fríos. Como te imaginas, ¡todo un lío usar ropa interior para las mujeres!

Esta tendencia obedecía a la idea de que el cuerpo de la mujer era pecaminoso y debía ocultarse lo más posible. Para cierta comodidad, usaban telas para pijamería a la hora de dormir.

¿Moda o comodidad en el siglo XV?

En los años 1600, los hombres de la realeza comenzaron a usar calzoncillos largos, asemejándose a los pantalones de los jockeys. Estas telas para ropa interior, además, contaban con cordones que se apretaban en la cintura y los tobillos.

Si esto te parece incómodo, te contamos que el suplicio de las mujeres era peor, dado que las cuerdas de los corpiños se utilizaban para apretar cada vez más, en busca de la “figura perfecta”. Esto se acompañaba, además, de apiñados sujetadores pero aún no existían los calzones para mujeres.

¿Quieres conocer más sobre esta fascinante historia? Entonces no te pierdas la segunda parte aquí en www.indutex.com donde conoceremos el desarrollo de las telas para ropa interior desde el siglo XIX hasta la actualidad.

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